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jueves, 14 de agosto de 2014

Las historias de inmigrantes que intentan llegar a España en esas precarias embarcaciones están cargadas de drama, tristeza, desesperación. Y la historia de Princesa, como la bautizaron quienes la rescataron, no escapa a la regla. Conmovedora por donde se la mire, la bebé, de apenas diez meses, viajaba sola en una de las decenas pateras que ayer fueron rescatadas por autoridades españolas del Estrecho de Gibraltar.

Cuando el Salvamento Marítimo español abordó la patera en la que estaba la bebé, descubrió que la niña estaba sola, tenía fiebre, hambre y sueño. Quienes viajaban a su lado explicaron a las autoridades que los padres de la bebé se quedaron en tierra en Marruecos, tras un forcejeo con la policía antes de partir. Nadie sabía su nombre, por eso quienes la rescataron decidieron llamarla Princesa.



La pequeña ha quedado por el momento al cuidado de una voluntaria de Sevilla, de 33 años, madre de dos hijos. Sus padres en Marruecos quizás tampoco sepan que su hija llegó sana y salva a España. 

En cuatro días, la cifra de personas rescatadas en el mar se eleva a cerca de 1.300. Para la Cruz Roja, que da albergue a los inmigrantes a su llegada al municipio de Tarifa, son cifras insólitas.