Algunas respuestas de Manu de Ordoñana: en la presentacion de su libro: Vivir de Rodillas

Raul

Veo que has sido tú mismo el que ha publicado la novela. ¿Cómo así? Yo entiendo que la autoedición es el último recurso del escritor; cuando no encuentra editor, no tiene más remedio que hacerlo por tus propios medios. ¿Es verdad que no has encontrado un editor, que nadie se ha atrevido a publicarla?

MV 

La verdad es que sólo hice la gestión con una editorial de aquí, del país. Me dijeron que sí, que la novela entraba dentro de su línea editorial y que la podían publicar ─esto sería a finales de febrero─, pero ellos tenía un plan de trabajo y que habría que espera a 2014. Para ponérselo más fácil e intentar acelerar el proceso, les propuse una fórmula de coedición, en la que ellos ponían su marca y su saber profesional y yo la novela, una tirada de 1000 ejemplares, 500 para cada uno y gastos a compartir al 50% más o menos. El problema es que la editorial es una empresa y, como tal, tiene marcado un programa del que no se puede escapar. Me fueron dando largas hasta que, a mediados de junio, de común acuerdo, cancelamos el compromiso. Como ya tenía experiencia en esto de autopublicar, me fui a la misma imprenta, ellos me diseñaron la portada y, con el material que yo tenía presto, a finales de julio el libro ya estaba en la calle, 1000 ejemplares a un precio de 2,50 euros cada uno.

Raul

 ¿Tan mal está la industria editorial como para no querer correr ningún riesgo con escritores primerizos?

MV 

Sí; su situación es bastante complicada. Las editoriales hoy en día están pensando más en acaparar un bestseller (como “El héroe discreto” de Vargas Llosa que ha publicado Alfaguara) que en arriesgarse con un autor desconocido, para salvar su cuenta de resultados. Pero claro, eso las grandes. Las pequeñas, a duras penas sobreviven. Yo creo que poco a poco iremos viendo cómo van desapareciendo hasta que no queden más que unas pocas y de carácter multinacional. La crisis económica ha reducido la demanda de libros y la competencia es cada vez mayor con la irrupción de esos portales de venta de libros online, tipo Amazon.

Es que es muy cómodo. Mira, yo me meto en la página de Amazon, descubro el libro que quiero comprar (lo he visto en la prensa, en alguna revista, incluso en alguna librería… o me lo han soplado) y lo pido con un simple “Klik” Al cabo de tres días, tengo el libro en casa. Pero es que además lo compro con un 5% de descuento (el máximo permitido por la legislación española) y en muchos casos sin gastos de transporte que, en cualquier caso, son reducidos. Es muy sencillo  y además encuentras casi todo. Por eso creo que las librerías lo tienen muy complicado, muchas de ellas se han arruinado y otras llevan camino. ¿La ciudad sin librerías? Es una posibilidad… a medio plazo. ¡Una pena!

Raul 

Y entonces, ¿qué futuro les espera a los autores si cierran las librerías y desaparecen los editores? ¿También se extinguirán los escritores?

MV 

No, no, en todo caso será al revés. Con esto de Internet, han aparecido una serie de editoriales alternativas que ofrecen sus servicios a los escritores noveles, claro que casi siempre mediante el copago ─ahora que se ha puesto de moda─, tanto para el libro impreso como el digital. Los ebooks se van poco a poco imponiendo en el mercado, sobre todo las nuevas generaciones, nosotros los mayores preferimos el papel, pero al final, terminarán por imponerse, todo es cuestión de tiempo. 

Raul

Por cierto, el título ya me gusta (la portada, no, y si quieres explicas por qué) es potente y tiene fuerza. ¿De dónde salió?

MV

Frase de la Pasionaria “Más vale morir de pie que vivir de rodillas”, aunque más tarde se la atribuyeron al “Ché Guevara”, aunque al parecer el origen está en la revolución mexicana de Zapata.

Raul 

Pero esa frase encierra un mensaje que quizá no se corresponde con lo que luego leemos en la novela.

MV

Hombre, en parte sí. A ver, el mensaje que yo quise lanzar cuando elegí este argumento, era la figura del padre de la protagonista, un hombre que no dudó en dar su vida en defensa de sus ideas, que se negó a colaborar con el franquismo, hasta el punto de poner en riesgo el futuro de su familia. A lo largo de la novela, la protagonista se pregunta en dos o tres ocasiones si tuvo derecho a hacer lo que hizo. Por un lado, se siente feliz de haber tenido un padre así, pero luego le entra la duda de si no hubiera sido mejor colaborar con el franquismo para salvar la vida, y la de su familia. Terrible dilema que le perseguirá hasta el final de sus días.

Me pareció un mensaje adecuado para el momento en que vivimos en el que la posesión de riqueza ha enterrado esos valores universales como la justicia, la libertad o la igualdad de todos los hombres, valores que existieron en aquella época, que muchos defendieron por encima de sus intereses personales. ¿Cuántos ciudadanos europeos vinieron a España a luchar contra el fascismo? (Hablar de las Brigadas Internacionales). Abandonaron sus hogares, sus familias, a cambio de nada, sólo a defender un ideal. ¿Quiénes de nosotros seríamos capaces de hacer hoy en día cosa semejante? Muy pocos, quizá nadie. Por eso, elegí este argumento, para ensalzar la figura de un hombre que prefirió entregar su vida antes que seguir viviendo pero de rodillas. Y a esta sociedad, ¿no le harán falta individuos como ése en un futuro no muy lejano?