Los nuevos tiempos traen nuevas disyuntivas. Apenas
tres décadas de cambios sociales han dado al traste con los tópicos sexistas
que retrataban a la mujer como un ser dependiente y visceralmente maternal, a
la caza de un futuro padre para sus hijos. La plena inmersión en el mercado
laboral con las mismas ambiciones profesionales que ellos y esa apremiante
obligación de que es obligatorio disfrutar la vida sin ataduras (como transmite
la publicidad)ha cambiado la posición de la maternidad en nuestras mentes. Por
si fuera poco, la proliferación de técnicas de reproducción asistida ha
terminado por divorciar definitivamente sexo y maternidad. Ahora la mujer puede
elegir esperar, posponer, tenerlo sola o, incluso, renunciar a tener un hijo
con plena autonomía. Pero, ¿qué pasa con ellos ¿Cómo han asimilado el cambio de
posición y qué conflictos les trae ahora el no ser padres cuando creen que
deben serlo? El cambio de roles ha permitido a muchos vivir su masculinidad sin
la rigidez y las exigencias del modelo patriarcal de toda la vida.
Ya no son las mujeres las preocupadas por encontrar
cariño: ahora también son ellos.
Publicado por Gorka Goenaga
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