Páginas

viernes, 10 de mayo de 2013

Mari (diosa vasca)



Mari, personificación de la madre tierra, es reina de la naturaleza y de todos los elementos que la componen. Generalmente se presenta con cuerpo y rostro de mujer, elegantemente vestida (generalmente de verde), pudiendo aparecer también en forma híbrida de árbol y de mujer con patas de cabra y garras de ave rapaz, o como una mujer de fuego, un arco iris inflamado o un caballo que arrastra las nubes.1En su forma de mujer aparece con abundante cabellera rubia que peina, al sol, con un peine de oro.

Habita en cuevas en diferentes montes, aunque su morada principal se sitúa en la cueva ubicada en la impresionante pared vertical este del Amboto, justo bajo la cumbre. En estas cuevas recibe a sus fieles, los cuales deben guardar un estricto protocolo:

· Se le debe tutear (hablándole en hika).

· Hay que salir de la cueva de la misma forma que se entró.

· No hay que sentarse nunca, incluso recibiendo la invitación de hacerlo, mientras se habla con ella.

Mari es la señora de la tierra y los meteoros. Tiene el dominio de las fuerzas del clima y del interior de la tierra. Entre sus misiones está el castigar la mentira, el robo y el orgullo. De ella vienen los bienes de la tierra y el agua de los manantiales.

Con los hombres se comporta de forma tiránica, o todo lo contrario, los llega a enamorar mostrándose como una mujer dócil y trabajadora, pero siempre con fin de impartir justicia por medio de la regla del no: si mientes, negando que posees algo que sí es tuyo, Mari te lo quita. Así, efectivamente, ya no lo tienes, y se produce la justicia. Presagia las tormentas y determina el clima. Además se la conoce por su capacidad para volar. Cuando está en su morada de Amboto, la cumbre está entre nubes; esto es la manifestación de su presencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario