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miércoles, 3 de julio de 2013

A las mujeres quemadas por brujería

En un bucólico entorno, se encuentra Zugarramurdi;
lo acunan los Pirineos y un bellísimo paisaje.
Sentía el alma del pueblo: la Tierra eran sus ancestros;
adoraban sol y luna; temían los elementos.
Vivían con los recursos que daba la Madre Tierra;
les regalaban las plantas inmensa farmacopea.
Las mujeres herbolarias transmitían su saber;
desde el principio del tiempo al último amanecer.
Y enseñaban- el poder curativo de las plantas:
hacer jarabes-pomadas y el arte de combinarlas.
En filología vasca son " hacedoras de suerte"
estas mujeres-sorgiñas tan sólidas como un fuerte.
Y ya está Zigarramurdi unido en leyenda eterna
a sus brujas y akelarres, y a su mágica belleza. 


  Rosa Gómez


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