Un pescador encuentra en el Báltico una botella de cerveza con una postal que había sido lanzada al mar en 1913 desde Dinamarca
11.03.14 - 00:06 -
J. LUIS ÁLVAREZ |
'Lo que el mar se lleva el mar devuelve'. El dicho de pescadores y marineros se ha cumplido una vez más. El alemán Konrad Fischer y sus compañeros, Klaus Matthiesen y Thomas Buick recogían sus redes el pasado jueves cuando, entre los pescados, apareció una botella de cerveza. Una más de las tantas que sacan de las frías aguas del mar Báltico. Sin embargo, Konrad se dio cuenta que tenía corcho y en su interior había algo: el mensaje que un ciudadano berlinés lanzó al mar en 1913 desde la costa de Dinamarca.
La botella de cerveza fue recuperada a dos kilómetros del faro de la Kiel, cerca de la frontera germano-danesa. Recubierta por los típicos pólipos que colonizan las rocas de los acantilados, los naufragios o las maderas que flotan a la deriva, la botella llamó la atención de este veterano pescador. «Al principio no me di cuenta de que había algo en su interior», explicó Fischer al periódico Süddeutsche Zeitung. Pero la peculiar botella hizo que no la lanzara de nuevo al agua. «Era muy bonita. Pertenece a una antigua cervecería de Kiel y en ella se ve en relieve el escudo de una orden militar», añadió. Junto a sus compañeros comprobó que había algo que sonaba en su interior. Con mucho cuidado, estos pescadores que en otras ocasiones ya habían encontrado torpedos de la Segunda Guerra Mundial, maletas e, incluso, un cadáver, retiraron el corcho y comprobaron que se trataba de un cartón. «Con un alambre conseguí sacar la nota, que estaba enrollada», apunta Fischer.
Al extenderla apareció ante ellos una postal danesa fechada el 17 de mayo de 1913. Ninguno de los pudo descifrar el mensaje. Está escrito en 'süttelin', una caligrafía muy popular en la Alemania de principios del siglo XX. Además, muchas de las letras estaban descoloridas por el efecto de la luz solar, que poco a poco fue degradando la tinta mientras que la botella estuvo encallada entre las piedras de un acantilado. Tras una revisión más afondo, el mensaje aparece fechado por el reverso en 1913 y firmado por Richard Platz, en el barrio Berlin-Baumschulenweg. También se sabe que la botella fue lanzada al mar en Dinamarca por los sellos que figuran en la postal, que reproducen el rostro del rey del país nórdico.
«El remitente esperaba que alguien en Alemania encontrase la botella y le respondiera. Para ello introdujo también junto a la postal varios sellos de correos», conjeturó el pescador. Este mensaje que estuvo a merced de las olas casi 101 años es el más antiguo del mundo. El anterior encontrado en el interior de otra botella había estado en el agua 97 años, según recoge el Libro Guinnes de los Récords.
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